sábado, 7 de enero de 2017

HOY DOY GRACIAS: De nuevo junto a mi hijo

Desperté envuelto en niebla y sin saber dónde estaba. Entonces un muchacho me dijo que estaba en Ítaca y yo traté de inventar una historia para que no descubriese quién soy en realidad. Pero el muchacho desapareció y en su lugar apareció Atenea. La diosa me conté cómo estaba Ítaca en ese momento: mi hijo había ido a buscarme y mi mujer estaba rodeada de pretendientes. Tenía que hacer algo, así que Atenea me ayudó a disfrazarme de mendigo y me dijo que fuese a la granja de mi porquero que me seguía siendo fiel mientras ella buscaba a Telémaco y le decía que viniese también a la granja. Cuando Telémaco llegó me costó mucho no darle un abraza, pero con mi apariencia de mendigo él no podría reconocerme y no me creería. Entonces Eumeo se marchó para contarle a Penélope que Telémaco había regresado y Aenea volvió a aparecer para cambiar mi apariencia y que pudiera hablar con mi hijo. La emoción nos inundó a los dos y no podíamos parar de llorar al gozar de tanta alegría por el encuentro. Después ideamos un plan para poder derrotar a los pretendientes que intentaban apoderarse de mi mujer y de mi querida Ítaca.

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