jueves, 8 de diciembre de 2016

UNA NUEVA ETAPA: ¡Ítaca a la vista!

Llegamos a Eolia, la isla flotante del Señor de los vientos (Eolo) que nos recibió con mucha amabilidad. Me entregó un odre cerrado con hilo de plata en el que estaban encerrados todos los vientos menos el suave viento del Oeste (Céfiro) así que partimos rumbo a casa ayudados por el viento. Me mantuve al frente del timón durante todo el trayecto, pero cuando al décimo día ya se veía Ítaca me quedé dormido. Mis tripulantes creyeron que escondía oro y plata en el odre y lo abrieron para repartírselo, provocando una terrible tormenta He estado a punto de tirarme por la borda, pero he conseguido contenerme para tratar de salvar a mis hombres aunque no se lo merecieran. Hemos llegado de nuevo a la isla de Eolo pero estaba enfadado con nosotros por abrir el odre y nos ha echado para siempre de su isla. Hemos navegado sin descanso durante una semana más  y por fin llegamos a tierra, a la isla de Antífates, el país de los Lestrigones que nos han atacado hasta que nos ha quedado una sola nave. Creo que Posidón ha vengado a su hijo Polifemo, el cíclope.

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